Un embarazo gemelar sale de cuentas a la semana 37 en vez de a la semana 40. Y yo pasé la semana 37, la 38, la 39 y la 40! Hasta que mi gine, el lunes día 8 de agosto me vió y me dijo: "Tú quieres ponerte de parto ¿verdad?" y me hizo una maniobra que se llama de Hamilton o algo así, y es que separo un poco la bolsa. Me dijo que me dolería un poco y que me pondría de parto por la noche. Pero de todos modos me quería ver al día siguiente a las 9 si no había ido antes. Pues a las 9 de la mañana fuimos y me dijo que aún no estaba a punto. Me puso la pastillita para empezar a dilatar y me dijo que a las 12 ingresaba. Como yo me encontraba muy bien, fuimos a dar una vuelta al centro comercial, fuimos a casa a recoger las maletas, y cantando y bailando el 'Danza Kuduro' (canción del verano 2011) me fui hacia la clínica. :)
Estaba en la semana 40+4 y de ahí no debía pasar porque ya eran demasiados días de embarazo gemelar.
Una vez en la clínica me venían a visitar de vez en cuando las matronas y iba dilatando muy poco a poco. hasta que a las 18h decidieron romperme la bolsa de aguas para que empezase a tener contracciones. Y efectivamente, media hora más tarde de romperla me empezaron los dolores. Ya me bajaron a la sala de parto y me pusieron la epidural, así que de dolores sufrí pocos.
Pero no dilataba lo suficiente aún para empezar con el parto. Ese día fue de locos para la clínica. Me dijeron que en esas fechas lo normal era tener 1 ó 2 partos al día. Bien, pues ese día tuvieron 8!
Estuve 3 horas en la sala de partos esperando a dilatar. Iban entrando de vez en cuando a mirarme y se iban. Y ya mi ginecóloga se quedó conmigo a eso de las 22h. "Y venga Sandra, a empujar que ya vienen!"
Mi primera hija, Berta, nació a las 22.14h. Fue emocionantísimo! Había risas y llantos de alegría. Pesó 3090 gr y 49 cm. Y al poco de tenerla en mis brazos me dijo la doctora "Venga Sandra, vamos a volver a empujar de nuevo que viene la segunda!". Suena a chiste o a película, pero fue así. Y nació mi hija Lara, a las 22.35h, pesó 3140 gr y 49,5 cm. En el momento en el que me pusieron a mis dos hijas encima me vino una alegría y una felicidad indescriptible.
En el momento en que las niñas ya estaban en el mundo llamamos a las abuelas para explicarles que habían nacido muy bien las dos, pero yo empecé a encontrarme mal, vomité y me mareé. Resulta que había perdido muchísimas sangre. Rápidamente me metieron por vena dos bolsas de glucosa y me reanimé (esto me lo contó mi marido ya que yo no lo recuerdo). Y hacia las 23h nos subieron a la habitación.
Ha sido la mejor experiencia que he tenido en toda mi vida, y si pudiera, la repetiría de nuevo tal y como fue.
¡Felicidades por esos 2 años que nos habéis dado!
¡¡¡Os quiero mis niñas!!!
